Historia del Belén Napolitano de Madrid
Cuenta la leyenda que la tradición de los belenes comenzó con San Francisco de Asís, que en 1223 recreó el nacimiento de Cristo con la figura del niño, animales vivos y otros personajes. Hoy en día, el belén napolitano de Madrid representa una de las colecciones artesanales más destacadas de España.

El belén napolitano es distinguido y refinado, se caracteriza por su realismo, su colorido y su variedad. A diferencia del belén tradicional las figuras no son estáticas ni de una sola pieza, tienen el movimiento barroco en sus ropajes y una gran expresividad y vivacidad en sus posturas. Esta tradición artesanal del belén napolitano en Madrid es preservada con dedicación por Pilar Tobar.
Desde hace siglos, Nápoles, ha sido la cuna de los belenes artísticos tradicionales más famosos. Es una tradición que se remonta al siglo XVI, cuando la manufactura de los personajes del pesebre se consideraba un gremio. Adquirió su mayor esplendor en la segunda mitad del siglo XVIII cuando se redujo la dimensión de las figuras y pasó del ámbito religioso de las iglesias al doméstico de los palacios y las casas nobles.
Es un exponente etnográfico de primer orden ya que vemos reflejada en ellos la vida de Nápoles, con sus tipos populares, vestimentas, mercados, edificios – entre los que no faltan las ruinas, alimentos, instrumentos musicales, armas y miles de detalles de esta abigarrada y populosa ciudad mediterránea.
Personajes
¿Cómo se crean?
En el recorrido por el belén napolitano observamos diferentes tipos de personajes denominados todos ellos como "Pastori", tanto de carácter religioso como profanos. A través de ellos se pueden analizar las diferentes clases sociales de la Nápoles del siglo XVIII.
Las figuras del belén napolitano son especialmente frágiles.
La cabeza y el pecho (testina) son de terracota policromada, a veces con los ojos de pasta vítrea, trabajados con notable minuciosidad para conseguir la máxima expresión del rostro. Es la pieza con mayor calidad artística y es la que define su personalidad.
Las extremidades son de madera o de barro.
El cuerpo está formado por un armazón de alambre forrado con estopa, materiales muy flexibles, que permiten crear figuras en muy diversas posiciones siguiendo la expresividad estilística del dinamismo barroco.
Los vestidos reflejan la clase social de cada personaje suelen ser de paño, de seda o tejidos de la época, pasamanería, y las mujeres adornadas con puntillas, joyas y abalorios.
Las piezas raramente van firmadas porque en la elaboración de una figura intervenían muchos artistas: escultores, pintores, plateros, sastres y hasta arquitectos para diseñar toda la ciudad, con sus casas y montañas. Y si finalmente se optase por la atribución de la autoría, siempre se le otorgará al que haya hecho la cabeza.
El Misterio
Los personajes de esta escena son el Niño Jesús, la Virgen María, San José y los Ángeles.



La Virgen lleva una túnica rosa, un manto, un velo blanco y sandalias. En ocasiones viste también una camisa con el cuello fruncido y rematado con encajes. José lleva una camisa blanca, una túnica de color morado, un manto de color azafrán y sandalias.
Los ángeles suelen llevar túnicas blancas o amarillas con estolas de diferentes colores dispuestas de manera que parecen estar agitadas por el viento, portadores de incensarios (los llamados ángeles turiferarios) o instrumentos musicales.
Los Reyes Magos
Los Reyes Magos entregan sus dones a Cristo en cuerpo, alma y espíritu, con los dones de oro, incienso y mirra. Según antiguas creencias, el oro simbolizaba el espíritu, el incienso el cuerpo y la mirra, esencia pura de una rara planta aromática que crece en Arabia, simboliza el alma.




Banda de Músicos Orientales
La banda de músicos de la comitiva de los Reyes Magos destaca el gusto por lo oriental común en el pesebre napolitano del siglo XVIII. La banda de música con su grupo de turcos, moros lujosamente ataviados.
Los Pastores
La escena del ángel anunciando, con una expresión mansa y tierna, la buena nueva a los pastores suele ser, casi siempre, en un lugar situado a orillas de un río donde se encuentran las ovejas, y el ganado vigilado por los pastores.
Comerciantes, Burgueses y Artesanos
En el siglo XVIII, las escenas de la vida cotidiana se convirtieron en el escenario más habitual del pesebre napolitano. El mercado estaba lleno de sirvientas y mujeres de clase trabajadora, y todo el escenario estaba repleto de puestos de vendedores ambulantes.
Niños
Había esencialmente dos tipos de niños: niños vestidos con ropa fina y los niños harapientos del populacho. Las figuras de los niños fueron vitales en el belén, desempeñando el papel de espectadores desencantados viendo el milagro que se producía.
Animales
Los animales del belén napolitano son unas figuras que manifiestan una total veracidad y un acabado perfecto. Se realizaron por artistas especializados tras concienzudos estudios y tratado de ciencias naturales.
Accesorios
Sin los accesorios el pesebre perdería su vivacidad y su importancia como cuento imaginario.
Se utiliza cera para las canastas de frutas rebosantes en majestuosos centros de mesa o servidas en los vistosos canastos que portan los pastores, los quesos provolone encerados y las cuajadas de ricotta; luego, hubo quesos provola, tomates piennoli de las laderas del Vesubio y limones.
La arcilla para quesos provolone, jamones, platos y tazas. En metal tenemos lanzas, espadas, alabardas, cofres con perlas, gemas y objetos de valor e instrumentos musicales.
En cuerda y mimbre tenemos la cantidad de cestas que llevan nuestros personajes. Accesorios para ropa como hebillas y cantimploras, herramientas agrícolas como palas, guadañas, picos, podaderas, cencerros, escobas, petacas de vino, ollas, cacerolas, sartenes, vajillas, vasos, puestos de frutas con frutas, y platos con cabeza de cabrito o macarrones.
Escenografía
Una característica de los belenes napolitanos es el paisaje que sirve de fondo a las escenas. La gruta franciscana original se cambia en un templo pagano en ruinas, a esto se añaden casas y otras arquitecturas para la ambientación de las escenas. Este tipo de escenografías, típicamente napolitana, es introducida por Giovanni da Nola.
Los belenes napolitanos se caracterizan por su espectacular escenografía y por la profusión de figuras que incluyen escenas y tipos populares de gran realismo y expresividad. El belén napolitano de Madrid de Pilar Tobar incluye un número cada vez mayor de figuras dispuestas a trabajar, comer, pasear y vender todo tipo de mercancías.
La escena del Misterio se ve rodeada de todas esas escenas de cómo era la vida en Nápoles durante la edad de oro: los puestos del mercado, el mundo de los pastores, de los vendedores ambulantes, de los gremios, de músicos y danzantes, ofreciendo una gran riqueza iconográfica de indudable interés etnológico.
Para su ejecución de la escenografía se utiliza el corcho, el cartón, la madera, la cera, la escayola, la tela y el barro cocido, fabricando pequeños ladrillos, tejas, baldosas, balaustradas. En madera las vigas, puertas y ventanas, entramados de las casas, además de los rótulos de los comercios y puestos de venta.
Detalles personales
La botica
La fuente grande



La escuela

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